No se si os habréis dado cuenta pero las palomillas, tan habituales en despensa de personas que comemos mayoritariamente ingredientes integrales y orgánicos, nunca están presentes en la zona o armario de las especies. Ahí ya tenemos una pista.
Para ahuyentar los insectos de la despensa, casa u otros lugares, es de gran utilidad colocar ramas de laurel frescas o secas.
A medida que van perdiendo el aroma se deben ir renovando para prolongar así su función.
Otra buena opción es el clavo de olor. Su intenso olor también ahuyenta los insectos.
Las altas temperaturas intensifican el olor de los alimentos y comidas recién preparadas. El clavo absorbe los olores. Por lo que resulta muy útil también clavar 3 o 5 clavos de olor en un limón partido por la mitad y dejarlo en la nevera, despensa o incluso encima de la mesa cuando comemos en la terraza o jardín. Además de útil, queda decorativo y luego se puede preservar en la nevera para el día siguiente. A medida que van pasando las horas, la intensidad del olor se irá perdiendo, y con ella, también su eficacia.
También el hervir agua con limón y clavos de olor puede servir para ahuyentar los insectos aunque cuando deje de perfumar el ambiente, es señal de que también habrá perdido intensidad y por lo tanto, eficacia.