Pelar y cortar una cebolla a trocitos muy muy pequeños o incluso triturarla con ayuda de una picadora. Ponerla en un plato llano en la mesita de noche lo más cerca posible de la nariz de la persona afectada.
Es importante cortar la cebolla un par de minutos antes de ponerse a dormir para que los principios activos no queden diluidos en el aire antes de hora.
Al día siguiente se debe ventilar la habitación para disipar el olor. No obstante, es muy efectivo. También con niños muy pequeños a los que cuesta que se suenen o aún no tienen el hábito de sonarse.